Acerca del Bautismo - Iglesia Eben-Ezer

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Acerca del Bautismo

Estudios
"ACERCA DEL BAUTISMO"

Lectura: Mt 3:1-12

Comenzaré diciendo algo importante:

"¡Todo el mundo tiene que ser bautizado!"
Recordemos el Diluvio. Todos allí fueron bautizados: Unos para salvación y otros para condenación.
El bautismo no es solamente "Bautismo de salvación"; lo es también de condenación.
Fijaos que Juan el Bautista ya advierte de esto con estas palabras:
"¡Generación de víboras! ¿Quién os enseñó a huir de la ira que va a venir?
Igual que en el Diluvio, estaban equivocados, y vino el Diluvio que resultó de condenación para los muchos y de salvación para los pocos: 8 personas.
Y ya no vale ningún argumento religioso para librarte del juicio. El argumento de que "tenían a Abraham por padre", era inútil; el hecho de ser fariseos y por tanto fieles a la religión tradicional, también era inútil.
Pero Juan asumía el verdadero bautismo que vendrá sobre todos: De salvación para unos, y de juicio y condenación para todos los demás.
Juan lo ilustra de esta manera: 
"El hacha está puesta a la raíz de los árboles" 
Y los árboles somos tú y yo. 
"Por tanto, todo árbol que no da buen fruto, es cortado y echado al fuego." 
Y Juan resume en pocas palabras la diferencia fundamental entre "su" bautismo y el bautismo de Cristo: 
"Yo os bautizo en agua para arrepentimiento, pero el que viene detrás de mi, de quien no soy digno de llevar su calzado...
(él es más poderoso que yo, y su bautismo tiene mucha más fuerza. El os bautizará en un bautismo de vida y muerte),
os bautizará con Espíritu Santo y fuego."
La frase final lo aclara todavía más: 
"Su aventador está en su mano y limpiará su era y recogerá su trigo en el granero." 
¡He aquí el bautismo de salvación: "Bautismo del Espíritu Santo"! 
Su viento clasificador soplará sobre todos, pero solo el grano dará el peso. El resto será paja destinada al fuego: "Quemará la paja en fuego que nunca se apagará." Ese es el Bautismo en fuego. 
Todos los versículos, del 5 al 12, tratan de lo mismo. No hay aquí ningún otro argumento más que eso: El bautismo.
No hay razón válida para interpretar las palabras de Juan como referidas a los dos bautismos, (bautismo del Espíritu Santo y Bautismo de fuego), como si ambos fueran una misma cosa. Pero eso no es verdad.
El bautismo en el Espíritu Santo es para salvación, mientras que el bautismo en fuego es para condenación.
Y termino esta primera parte, tal como empecé: Todos tenéis que ser bautizados: Unos para salvación y otros para vergüenza y confusión perpetua. (Dn. 12:2)

UN PASO ADELANTE

Cuando los hermanos Juan y Santiago utilizan a su madre como recomendación para convencer a Jesús, para obtener posiciones de privilegio en el Reino de Dios, Jesús les responde: 
"No sabéis lo que pedís. ¿Podéis beber del vaso que yo voy a beber y ser bautizados con el bautismo con que yo soy bautizado?". 
Ellos le dijeron: ¡Podemos! 
Creo que Santiago y Juan "no sabían nada". No entendieron las palabras y la pregunta de Jesús.
Jesús sabía que tenía que ser bautizado
de un bautismo de juicio y condenación por el pecado; por el tuyo y por el mío y por el de Santiago y el de Juan.
Y a ellos solo se les ocurre decir: ¡Podemos! (Sí, nosotros somos capaces) 
¡No sabían lo que decían! 
Ellos pensaban, sin duda, en la muerte física de Jesús, e igual que Pedro estarían dispuestos a decir: "Iremos contigo a la cárcel y a la muerte." Pero Jesús no hablaba de su muerte física sino de su bautismo de muerte. 
Jesús les había preguntado: ¿Podéis beber del vaso que yo voy a beber (Vaso terrible), y ser bautizados con el bautismo con que yo soy bautizado? (Bautismo terrible) 
Ellos no podían llegar a tanto, pero en lugar de ellos, sería Cristo en su lugar quien les asumiría a ellos en su muerte. Ellos ya no tendrían que sufrir por sus pecados, sino Cristo iba a sufrir el juicio de Dios por el pecado de ellos.
Es por tanto en el bautismo de Cristo, en el que hemos de ser bautizados; y es por eso que "los apóstoles bautizaban en el nombre de Jesús". 
Veamos como lo hacían: 
Ya al final del discurso de Pedro en le día de Pentecostés, a los que le preguntaban: ¿Qué haremos?, Pedro les dice: "Arrepentíos y bautícese cada uno de vosotros en el nombre de Jesucristo..." (Hch. 2:38)
Los nuevos creyentes de Samaria Habían sido bautizados en el nombre de Jesús. (Hch. 8:16)
Pedro, en la casa de Cornelio, a los convertidos, los mandó bautizar en el nombre de Jesús. (Hch. 10:48)
También en Éfeso, los discípulos de Juan fueron bautizados en el nombre del Señor Jesús. (Hch. 19:5) 
Pues ese bautismo es el mismo en el que serían bautizados Santiago y Juan: en el bautismo de la muerte de Cristo.
Y llegados a este punto, pasaremos al capítulo 6 de Romanos, donde leemos: 
"Todos los que fuimos bautizados en Cristo Jesús, hemos sido bautizados en su muerte.
Porque somos sepultados juntamente con él para muerte por el bautismo, a fin de que como Cristo resucitó de los muertos por la gloria del Padre, así también nosotros andemos en vida nueva." 
Si esto lo hubieran entendido Jacobo y Juan, no habrían contestado a Jesús de aquella manera.
Jesús se angustiaba mientras esperaba aquel bautismo de muerte que se le avecinaba. No eran los sufrimientos de los latigazos, insultos ni el dolor de los clavos lacerando sus manos y sus pies. Era el tremendo juicio de Dios contra el pecado, que recaería sobre él.
Eso motivó aquellas palabras que expresaría más tarde: "Si es posible, pase de mi esta copa."
Si esa copa hubiese pasado de él, tú y yo quedaríamos abandonados ante el terrible juicio de Dios. Pero Jesús añade: No; mi voluntad no, sino la tuya; no mi salvación sino la de mis discípulos. 
Y cuando Cristo estaba siendo sometido al tremendo juicio de Dios contra el pecado, allí estaba Jacobo y Juan, allí estaba yo y allí estabas tú. 
Hoy podemos decir con alegría que hemos sido bautizados (sepultados) con Cristo, pero también que "así como Cristo resucitó de los muertos por la gloria del Padre, también nosotros tenemos una vida nueva y gloriosa para andar en ella y disfrutarla para siempre.

EL SIMBOLISMO

El acto del bautismo que nosotros realizamos, tiene mucho que ver con el acto del Partimiento del Pan o Cena del Señor. Ambos son actos simbólicos de una realidad espiritual.
"Y tomó el pan y dio gracias, y lo partió y les dio, diciendo: Esto es mi cuerpo que por vosotros es dado; haced esto en memoria de mi." (Lc. 22:19; 1ª Co.11:24)
El acto del bautismo constituye para el candidato, un solemne testimonio de profesión de la fe, delante de muchos testigos (1ª Ti. 6:12), y para los que ya están bautizados constituye un memorial para recordar el gran amor de Dios hacia nosotros mediante la muerte de Cristo. 
Dos memoriales que haremos bien en recordar y estar presentes en ellos hasta que Cristo venga.
Francisco Fernandez Díaz

 
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